No sé si sabrás que en ese camino con nombre de vals vienés, se tropezó el Huinca con Ñancul una mañana de primavera sin sol. Hablaron de Zenón que se perdió en la Patagonia tras el desengaño feroz con una fracesa vendimiadora. El Huinca nunca más fue el mismo y su metamorfosis afectó tanto a Ñancul que al final lo dejó solo en la tapera sin techo y se convirtió en el filósofo privado de Patoruzito. El relato de la nostalgia de la pampa comenzó a aparecer, debidamente retocado, en forma de viñetas junto a chicas retozonas inventadas por Divito y que alardeaban de haberse tomado más de una copa con Vito Nervio. El mundo, allí, en ese camino de la fotografía, tiene más historia de la que recoge la cámara. Yo te cuento sólo una parte cortita. Por pudor.
3 comentarios:
wwwooowwwww
la ultima vez que vi esa casa fue cuando la family todavia vivia ahi y nosotros fuimos a visitarlos... cuantos anios hara de eso?
eso no es un río.
escríbeme un poco, desgraciado.
No sé si sabrás que en ese camino con nombre de vals vienés, se tropezó el Huinca con Ñancul una mañana de primavera sin sol. Hablaron de Zenón que se perdió en la Patagonia tras el desengaño feroz con una fracesa vendimiadora. El Huinca nunca más fue el mismo y su metamorfosis afectó tanto a Ñancul que al final lo dejó solo en la tapera sin techo y se convirtió en el filósofo privado de Patoruzito. El relato de la nostalgia de la pampa comenzó a aparecer, debidamente retocado, en forma de viñetas junto a chicas retozonas inventadas por Divito y que alardeaban de haberse tomado más de una copa con Vito Nervio. El mundo, allí, en ese camino de la fotografía, tiene más historia de la que recoge la cámara. Yo te cuento sólo una parte cortita. Por pudor.
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